CU de la US
Luis Miguel Villar Angulo

AFICIÓN APASIONADA POR LAS BIBLIOTECAS

AFICIÓN APASIONADA POR LAS BIBLIOTECAS

AFICIÓN APASIONADA POR LAS BIBLIOTECAS. 

De un golpe veía anaqueles repletos y alineados de lomos con tejuelos en los libros. Lámparas led iluminaban los asientos individuales. La gran sala recibía luz cenital de los ventanales. El silencio lo interrumpía el pase de hojas de una copia de un libro iluminado porque un amante de libros hermosos quería estudiar el arte del grabado. Otras personas leían en dispositivos microfichas o reproducían ficheros de libros electrónicos de la biblioteca digital.

Hacía tiempo que había visitado la Biblioteca Nacional en Madrid, situada en lo más alto de la cultura universal, para ver el facsímil del Codex I y II de Leonardo da Vinci. El Codex trataba e ilustraba conocimientos de mecánica, estática, geometría y poliorcética. Este tesoro servía de encantamiento para el visitante. Pero esta apertura erudita no bastaba para hacerme un juicio sobre el polímata florentino. Su calado humanista también se evidenciaba en el listado de los 116 libros y gramáticas de su tiempo que poseía y supuestamente había leído.

Bibliotecas y bibliófilos que han instalado su personalidad entre los libros

Huntington, fundador de la Hispanic Society de Nueva York, Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional, era un filántropo embelesado por las bibliotecas. Adquirió la biblioteca del Marqués de Jerez de los Caballeros, que con 200.0000 ejemplares era la mejor colección de manuscritos y libros raros hispánicos. De ellos 250 libros eran incunables (impresos antes de 1500) con primeras ediciones (La Celestina o El Quijote). Esta pérdida para Sevilla incluyó el mapamundi realizado por Juan Vespucio.

Toda la información disponible está en las bibliotecas. Todo lo que hará la perdurabilidad de muchos libros en el futuro radica en una biblioteca: el enciclopedismo de las ramas de conocimiento, el cambio histórico en la edición de las obras, la pasta blanda junto a la pasta dura de poesías, colecciones literarias y manuales de estudio. Todo: la infraestructura de una biblioteca no tiene divisa en el horizonte.

Y el estudiante, impaciente en los meses veraniegos (el 10 de Agosto es el día de las bibliotecas), se sienta en las salas de lectura de las bibliotecas universitarias para seleccionar libros y revistas que añaden variaciones a los apuntes de las materias de los grados. Y el personal de las bibliotecas, preparado para nuevas tareas de asesoramiento, aumenta las repertoriadas competencias de clasificar libros pegando tejuelos con el CDU (Clasificación Decimal Universal), creando espacios compartidos con la comunidad que implique a un mayor número de ciudadanos para la transformación social, prestando libros y asesorando a la comunidad universitaria.

Colaboración bibliotecaria universidad-comunidad

Cuando las bibliotecas públicas y universitarias comparten espacios, acceso a los ordenadores, espacios de estudio, cursos de especialización para el uso de las grandes bases de datos por medio de internet, los centros patrimoniales de consulta y préstamo de información se convierten en centros comunitarios basados en el aprendizaje para ciudadanos de distintas edades.

Los servicios de las bibliotecas expanden su dominio en varias facetas: implicación de ciudadanos en la lectura, conexión con la investigación especializada de los universitarios, coordinación de cursos para la inmersión de los estudiantes en el manejo de fuentes almacenadas en las nubes y otros depósitos empresariales, visitas organizadas para la exhibición de tesoros bibliográficos (partituras musicales, globos terráqueos, manuscritos, etcétera), información general al ciudadano, clubes de lectura, préstamos de libros, discos compactos (CDs), discos versátiles digitales (DVDs), audiolibros y libros electrónicos que un lector con carnet de usuario puede tomar en préstamo del conjunto de los libros conservados en el lugar respetando plazos.

Además, se pueden solicitar préstamos interbibliotecarios para la consulta de obras que no están en la biblioteca, incluso préstamos colectivos para entidades sin ánimo de lucro. Las bibliotecas se expanden a demanda de los usuarios que sugieren compras de libros, CDs o películas, incrementando de esta forma los catálogos de fondos de una biblioteca. Muchas de ellas disponen de ordenadores para realizar trabajos personales, navegar por internet o reproducir un disco versátil digital o compacto.

El manejo de tanta información convierte las bibliotecas en ciudadelas con sistemas rápidos de circulación para reservar obras que de otra manera no podrían atender eficazmente la demanda de préstamos. Un ejemplo de grandes magnitudes es la Biblioteca Británica con 150 millones de títulos, 625 kilómetros de estanterías y un espacio de lectura con capacidad para 1,200 personas.

Alfabetización informativa de los estudiantes

Muchas bibliotecas se ocupan de medir el nivel de alfabetización informativa de los estudiantes universitarios, que es el requisito para participar en la Sociedad de la Información. Muchos profesores confían en las competencias de los estudiantes para hallar artículos y libros, evitar el plagio en trabajos académicos y la definición de sus propios tópicos de investigación. En este sentido, la cooperación de los profesores universitarios con los bibliotecarios se hace muy necesaria. Para ello, los bibliotecarios establecen cursos en distintas épocas del curso académico. Otra cuestión más sutil y difícilmente resuelta es conocer el resultado de aprendizaje de los cursos impartidos en una biblioteca.

A este tenor, se han ido desarrollando y aplicando diversas metodologías evaluativas basadas en pruebas de elección múltiple para obtener una marca sobre la validez en la comprensión de la alfabetización informativa de estudiantes universitarios. Algunos estudios empíricos han convenido en resaltar que los estudiantes que siguieron cursos de alfabetización informativa emplearon su tiempo en menos conceptos en las sesiones informativas que aquellos otros que no participaron en cursos.

No obstante, muchos instrumentos usados para calcular la alfabetización informativa adolecieron del preceptivo proceso de estandarización para ofrecer datos estadísticos fiables de actuación, incluyendo sistemas evaluativos como los eportafolios, otras técnicas de evaluación del aprendizaje de clase o sistemas más complejos de evaluación de cursos. En fin, parecía recomendable que los cursos de información bibliotecaria usaran objetos digitales que tuviesen como meta el hábito de averiguar destrezas básicas de investigación, sin olvidarse de la evaluación indirecta de las percepciones (actitudes) y la conducta (uso de la biblioteca) de los estudiantes. En conclusión, existía mucha disparidad entre las medidas empleadas para evaluar la alfabetización informativa (en particular, destrezas, conocimientos, actitudes y conductas de uso informativo) de las bibliotecas.

Implantación de la Web 2.0 en las bibliotecas

Un ciudadano o estudiante universitario alfabetizado informativamente hablando sabe utilizar noticias, declaraciones, enunciaciones, etcétera, no importa la fuente de las que procedan. En la actualidad se habla de las personas como nativos digitales o generación de internet que vive atrapada entre dos mundos: uno viejo y otro nuevo (millennials) para referirse a grupos sociales que enfatizan la comunicación, colaboración, interoperatividad de sistemas o gestión compartida de información.

La tecnología Web 2.0 es útil para la instrucción en la alfabetización informativa. Prueba de ello es el incremento de aplicaciones de redes sociales (Twitter, Facebook, LinkedIn, etcétera), mensajería instantánea (WhatsApp, Telegram, Skype, etcétera), medios compartidos (Flickr, Picasa, Youtube, etcétera), blogs (WordPress, Blogspot, etcétera), wiki, podcasts, etcétera.

En un estudio tailandés se comprobó que el porcentaje tecnológico de mayor uso fue el blog, seguido de la mensajería instantánea, medios compartidos y el aprovechamiento de podcasts. En otro estudio australiano se ha verificado que 70% de los bibliotecarios utilizaban las redes sociales para atraer a usuarios y ganar la voluntad de los no usuarios.

Muchas bibliotecas no implantan las tecnologías Web 2.0 por falta de personal, porque los empleados existentes tienen múltiples tareas que acometer o porque no existen planes a tal efecto.

La promoción de las bibliotecas se hace habitualmente por medios digitales, impresos o eventos para el fomento de servicios y recursos. La era de las bibliotecas como depósitos de información aparentemente ha terminado. Ahora, las bibliotecas más bien parecen un dispositivo (hub) que permite compartir una red de datos o puertos para miles de ordenadores.

Las bibliotecas inspiran y respiran; alientan el conocimiento; fechan y desfechan la información. Hoja a hoja suena la fronda de los libros en las salas de lectura, el martilleo del teclado de un ordenador, las yemas de los dedos deslizándose en dispositivos hasta que el pulso cliquea un autor o un titulo o un International Standard Book Number (ISBN) de una obra.

Descárguese el post en formato pdf:

AFICIÓN APASIONADA POR LAS BIBLIOTECAS

Lumivian & LMVA

Deja un comentario

Luis Miguel Villar Angulo