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Luis Miguel Villar Angulo

Innovación y pensamiento en la práctica de clase de Educación Superior

INNOVACION

Innovación y pensamiento en la práctica de clase de Educación Superior. 

Asistimos a una época universitaria mediada por las publicaciones de artículos en revistas catalogadas en Journal Citation Reports (JCR) que dedican escasos títulos a la innovación y pensamiento en la práctica de clase de Educación Superior.

Vivimos un falso auge investigador, que al mismo tiempo que acumula manuscritos en decisiones editoriales, revisores y jueces, produce el empobrecimiento de la invención y reflexión en la práctica docente.

Bajo el manto de los sexenios y de la asignación mejorada de la carga docente merced a aquella para una minoría departamental, observamos las equívocas conversaciones docentes sobre la variación innecesaria de la práctica de clase, porque no se traduce en mejoras substanciales en el diseño de las asignaturas.

Por el contrario, las pláticas abundan en desvergonzados comentarios sobre la concesión automática de los quinquenios docentes por acumulación de años profesionales.

La creación didáctica en la práctica de clase de las distintas áreas de conocimiento no alcanza la proporción que la investigación científica, revelando un desequilibrio hacia la acción de compromiso institucional a la que menos tiempo contractual dedica un profesional docente numerario.

La investigación científica no medita suficientemente las implicaciones que la innovación tiene para el desarrollo docente o para la mejora emotiva de los estudiantes; algunas editoriales de publicaciones prefieren el ajuste a plantillas arbitrarias de dudoso valor tipográfico que los indicadores de resultados del aprendizaje o las concepciones críticas de la enseñanza procedentes de una innovación curricular o didáctica.

Pensador activo y constructor de conocimiento

En esta atmósfera cansina de escasez de motivación docente al final de un curso académico es cuando toca planificar un calendario de resultados estudiantiles que tenga efecto en el año siguiente.

Los escritores dejan en el papel pautado de las plantillas en línea de las universidades una suerte de acciones simuladas para aliar tiempos, espacios sociales y áreas conceptuales bajo el rubro de un Plan de Organización Docente (POD).

Las plantillas de las materias se asientan en la web como hojas volantes de monótonos rosarios de competencias, metodologías y criterios de evaluación, sin márgenes para la creación de espacios problemáticos internos, reflejando el escaso tiempo invertido en metas y conocimientos que influyan en la naturaleza de problemas que están en el ambiente real de clase; pero así es como se comporta el vecindario de otro departamento o facultad o universidad y se lo imita en todo el país.

Lenguaje de innovación y pensamiento de la práctica

Del mismo modo que la burocracia docente se ha enriquecido con la aparente manufactura de competencias, del mismo modo que muchos profesionales de la docencia prefieren simular supuestos, teorías y valores a ejercerlos, otros, sin disfrazar su riesgo, escriben con autenticidad sus teorías personales como acciones constatadas en la práctica.

Pero la descripción de una innovación requiere el ejercicio crítico de supuestos teóricos; el pensamiento en una práctica de una materia es un ejercicio mental que desbroza y hace explicita su epistemología; las divagaciones sobre innovaciones de la práctica deben arroparse con procesos transparentes, definiendo métodos de análisis para capturar el sano espíritu de los datos limitados del aprendizaje de estudiantes.

Sin embargo, algunos profesores prefieren exponer cuadros de teorías que pintar la práctica; disfrazan sus teorías con señuelos de palabras pero no las enlazan con la práctica, no vinculan la planificación con la ejecución.

La planificación de una innovación y el pensamiento de los repertorios de conocimientos de las materias en la práctica de clase en un mes de junio debe ser reversible y flexible a lo largo del curso académico siguiente; la actividad febril de planificación de la práctica de clase, ataviada de situaciones específicas y vinculada a los distintos contextos de materias y contextos, refleja profesionales expertos; es un fruto de la capacidad docente.

Pero no deben ser fábulas de poetas que atraigan a los utopistas y luego duden los estudiantes.

Esferas de reflexión, pasarelas tolerantes de innovación y tiempo de pensamiento en la práctica de clase

Las esferas que iluminan la reflexión de la práctica docente son naturales; designan los focos específicos bajo los cuales se escudriña la práctica: aprendizaje significativo, autoaprendizaje, autoevaluación, calidad, diagnóstico, diseño, diversidad, evaluación, experiencia, informática, internet, etcétera.

Esta superabundancia de esferas se corresponde con un exceso en la conciencia de los procesos reflexivos docentes. Esta genuina riqueza de especulación profesional sobre las esferas de creación de la práctica exige la actitud personal de transitar a través de pasarelas de tolerancia en una innovación que en la mayoría de los casos no se cumple. Porque hay abundancia de creación de diseños y proyectos intelectuales de materias y penuria de resultados empíricos.

Sería superficial atribuir a las pasarelas una forma de rendimiento o un tamaño de eficacia, porque debajo de toda innovación hay factores que pueden llenar la motivación estudiantil de novedad satisfactoria o de vacía participación rutinaria en bastantes alumnos y alumnas.

El tiempo de pensamiento en la práctica de una clase no se salva del vértigo, porque un curso es un lapso continuo al que un docente no se puede substraer. El tiempo sincrónico ejerce una atracción mayor e ineludible, como el vacío, cuando se toman decisiones en el momento de la práctica, porque obliga a la mente a abandonar la infecundidad y a ponderar inmediatamente las acciones que se están produciendo.

Es más fácil navegar en el desarrollo de una acción en el tiempo asincrónico, reescribir modelos de conceptos ocultos y sistemas de medición de lo inefable que pensar en la acción, por ejemplo, de la transversalidad curricular de un contenido cuando se está enseñando oralmente en clase.

La innovación y el pensamiento en la práctica de clase deben conducir a la satisfacción estudiantil

Es difícil afrontar los deberes de la innovación y el pensamiento en la práctica de clase que no se ligue con las calificaciones de los estudiantes y con las que ellos hacen de los cursos recibidos.

Ninguna discusión profesional sobre una innovación de la práctica de clase, frente a un artículo publicado en una revista JCR, olvidará que la retención de los estudiantes en una materia o grado es un indicio de satisfacción del alumno por el ahorro económico en la matrícula de los créditos y un síntoma de eficacia del claustro docente.

Ninguna ofuscación política debería existir que impidiera identificar predictores de las tasas de éxito estudiantil.

Para esto, incumbiría a las autoridades transformadoras de la universidad impulsar académicamente la innovación y el pensamiento en la práctica. Y esto quiere significar: acercarse reflexivamente la comunidad universitaria, transparente de cabeza y corazón, a la docencia como investigación aplicada.

LMVA & Lumivian

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Luis Miguel Villar Angulo