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Luis Miguel Villar Angulo

Plagios y trampas en la Universidad

 

Plagios y trampas

Plagios y trampas en la Universidad.

El objeto de este post versa sobre un suceso que ha originado editoriales y escritos de opinión en algunos periódicos. Me refiero al problema ético de plagios y trampas en la Universidad, que ha salpicado a algún ministro extranjero, embarrado a un rector, enfangado a estudiantes y enlodado a profesores.

Muchos políticos, empresarios y autoridades utilizan negros literarios (“Ghost writing”) para la redacción de discursos, conferencias o manifiestos. Este tipo de trabajos se hace mediante el cobro de una comisión. Es una práctica vieja que no se aprueba en el mundo académico universitario, porque no traza ningún camino hacia adentro de la savia de un autor y no se dirige a un público embriagado por el aprendizaje o a la satisfacción que anida en una obra científica para la posteridad.

Se conoce por plagio la labor de calcar un pensamiento, duplicar una idea, trabajo u obra de un autor y presentarla como si fuera propia. En esa descripción cabe la connivencia o colusión con una persona o grupo de estudiantes que colaboran para hacer trabajos idénticos de frases, conceptos o estructuras literarias o argumentos.

La trampa es una infracción que se comete contra una regla, código o compilación para conseguir un favor. Es una acción que tiene como término engañar a una persona o fingir una destreza, como la competencia en la redacción de una tesis doctoral.

Un plagiario es una decepción humana que influye profundamente en la creación científica. Es un sujeto que utiliza a siervos ajenos como si fueran propios para desilusión del conocimiento original. Es un trampantojo de escaso valor genuino, parejo a una imagen desacreditada del saber humano. Pertenece a esa estirpe de autores que infringen derechos reconocidos de una publicación, menoscabando su propia reputación intelectual.

Conforme se ha incrementado la necesidad de relatar producciones para la evaluación del aprendizaje estudiantil de las materias de grado, la acreditación profesional o el aumento de publicaciones para la transformación académica se ha ido creando un ambiente apático por la originalidad.

Tipos de plagios y trampas

A la creación de este escenario plagiador han contribuido los procesadores de textos con el corta y pega de párrafos que se duplican en otro producto escrito y los traductores mecánicos, que terminan siendo escritos de retazos, como una manta hecha de parches o remiendos.

Junto a los recursos tecnológicos hay otras figuras literarias que han dimensionado el teatrillo de las letras: así, las paráfrasis que mantienen el significado del contenido de otro autor pero con una estructura sintáctica diferente, resúmenes sin atribución de autoría, inserciones, sustituciones, sinonimias, cambios estructurales, usos inapropiados de comillas, etc.

Se produce otra variante del plagio cuando el sujeto toma conceptos e ideas de los demás sin citarlos o atribuírselos a un autor. Suscribe el autor pasajes estructurales con mucha similitud a la fuente originaria, cambiando o modificando conceptos y otorgando nuevas atribuciones de significado a sus percepciones. Incluso el autoplagio tiene apariencia fraudulenta, mediante el cual un individuo presenta un trabajo varias veces sin citarse.

Se dan casos de memoria oculta en las personas, que dan por originales y propios conceptos e ideas sin recordar la fuente de la que proceden. Este fenómeno de la criptomnesia es una regresión a una vida pasada. No hay intención deliberada de plagiar, por ejemplo, un estribillo de una canción, porque pudiera ser para un compositor un caso de pérdida del recuerdo consciente de experiencias musicales habidas en otro momento.

Métodos éticos contra el plagio y las trampas

En la redacción de trabajos de investigación literaria, hay técnicas que pueden ayudar a cambiar adecuadamente la estructura de un documento. El sino de un escritor es expresar la verdad, como el de un miembro de la comunidad universitaria es escribir su presentimiento de profesional original, que lo hostiga sin cesar hasta cumplir esa voluntad.

Por eso los autores de documentos leen muchas fuentes y tienen en la memoria numerosas referencias como espíritus invisibles que marcan el destino estructural y conceptual de los escritos, apropiándose incluso de metáforas lexicalizadas con las que sustentarlos.

Me atrevo a pensar que son voluntarios los primeros plagios en los estudios universitarios. Para ese grupo de estudiantes conviene una educación intensiva que les permita diferenciar las consecuencias de los escritos plagiados contrarios a la ética de los que no lo son. Existe otro grupo de estudiantes y profesores que involuntariamente plagian sin conocimiento de que lo están haciendo.

La corrección de ambas formas plagiarias puede ser a través de técnicas especificas del tipo leer mucho y de fuentes variadas, escribir tras haber deglutido las lecturas en un tiempo plausible, utilizar diccionarios y tesauros que multipliquen los sinónimos y antónimos de las expresiones, o bien consultar diccionarios integrados en los procesadores de textos.

La utilización de borradores previos a una publicación que puede ser ajustada por un corrector o amigo crítico externo y confiable es otra modalidad que garantiza la sofocación nerviosa de un escrito de redacción antes de ser publicado. Incluso la traducción de un texto a otras lenguas consigue en ocasiones movilizar la mente si desde las lenguas de destino se retraduce el pasaje a la lengua original.

Las lecturas periódicas de los escritos y las acotaciones de frases cortas complementan los métodos éticos que protegen a los autores manteniéndolos en el alma de un contenido, en los límites que iluminan el mundo y que están académicamente autorizados.

Servicios de detección del plagio y las trampas

Los servicios de detección del plagio en los escritos universitarios han avivado una actitud positiva hacia la transparencia en el profesorado universitario de varios países, porque éste piensa que ha mejorado el proceso educativo, aumentado la honestidad académica, y ocasionalmente castigado a los infractores.

Mientras, los estudiantes opinan que estos servicios bloquean el acceso de los tramposos en los exámenes, aunque igualmente especulan que haya empresas privadas, como Turnitin, que se benefician de las aportaciones documentales de los estudiantes. En este sentido, la Universidad de Melbourne edita un folleto titulado Usa Fuentes y Evita el Plagio que refleja con fuerza la colaboración del estudiante, la vigilancia académica, la honestidad estudiantil, etc.

Paralelamente, se han reproducido las técnicas basadas en el ordenador para la detección del plagio por medio de algoritmos. Hay páginas web creadas por organizaciones para averiguar si un texto no es original: www.plagiarism.com; www.plagiarism.org; www.canexus.com/eve. No obstante, las máquinas no refieren la honestidad de un persona, solo advierten de que una hebra de palabras tiene un nivel de similitud con otras almacenadas en una base de datos de documentos, blogs, artículos de revistas científicas, etc.

Detección del plagio con Turnitin

Aceptado es que las técnicas de detección se basan en el apareamiento textual de dos discursos o documentos sin que se llegue a probar la certidumbre total del plagio. Asentido es igualmente que la detección del plagio se apoya en último término en la interpretación de un investigador, o lo que es igual, un encuentro entra la objetividad y la subjetividad. Un choque entre el reconocimiento de un trabajo y el descubrimiento de la deuda oculta del mismo.

Turnitin es un programa usado en 150 países y en más de 15.000 instituciones con más de 600 millones de trabajos estudiantiles, tesis, artículos y libros. Actualmente se ofrece como Estudio de Retroacción Turnitin, es decir, como una herramienta formativa más que punitiva a la hora de señalar la potencia creativa y original de un trabajo. De forma resumida, proporciona comentarios gramaticales, sobre la composición, el formato, la puntuación, el uso de palabras erróneas, etc., que apoyan las herramientas de calificación usadas por los profesores.

Hay muchos artículos escritos sobre plagios y trampas en la Universidad. Constatada la falta de ética de un escrito plagiado. Probada la dificultad de certidumbre en los cotejos documentales. Ensayados programas comerciales para máquinas que detectan el plagio. Conocidas las patrañas que desaprensivos infunden para desprestigiar a universitarios. Sabido que únicamente advertimos el pico de iceberg de los plagios y trampas, el espíritu crítico universitario se debe manifestar rebelde contra las imperfecciones que doblegan el avance científico, contra la derrota individual encarnada en los plagios y trampas en la Universidad.

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 Lumivian & LMVA

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Luis Miguel Villar Angulo