CU de la US
Luis Miguel Villar Angulo

Conocimiento

Compartir el regalo del conocimiento.

El juicio verbal académico y el discernimiento proposicional corren por el circuito de la vida del cuerpo docente universitario (CDU) en una suerte de sutil porosidad. El conocimiento subjetivo práctico e interdisciplinar es un testimonio generacional que no se deshidrata fugazmente en el exorbitante recuerdo universitario. Por el contrario, la mayor fiebre de madurez universitaria es la de compartir con los demás colegas una dosis de conocimiento conceptual y emotivo que imbuya a los jóvenes de su energía.

El conocimiento en la edad adulta

A través del cristal de los datos ministeriales llega para mí la percepción de cómo se apaga la actividad académica de 10.6% de 115.332 personas docentes e investigadoras (PDI) entre 60-66 años de ambos sexos que estaban en proceso de jubilación en el curso 2012-2013. Leo la cifra anterior y no quiero ofuscarme con el problema del apagón de la luminosidad interior docente o del corte de talento en la institución universitaria. El problema es armonizar el gran chorro de luz de 4.875 PDI de más de 65 años con una universidad que busca modelos de financiación que sirvan de palanca de mejora institucional.

Desde mi punto de vista, una tarea acomodada para el incremento de la eficiencia universitaria consiste en restaurar el valor del conocimiento de los profesores séniors para la mejora del volumen y calidad de los servicios docentes y de investigación prestados a una institución que ha apostado tradicionalmente por la subvención como modelo de financiación de las universidades públicas.

Conocimiento y universidad

La universidad está constituida por múltiples generaciones que sustentan como entibos de roble y de piedra de toba o marés un edificio (plantilla de PDI doctor y estable) que se ha ido instalando en una “financiación de costes”. Al contrario de ese modelo, la solidez de la universidad se visualiza por el envigado de la contribución social, los puntales de indicadores que fundamentan la capacidad investigadora y el entarimado de los resultados docentes. La “financiación de resultados” evita intencionadamente la aflicción apenada de los egresados al contemplar las bolsas de inactividad profesional y se vincula eficazmente a una demanda satisfecha en el empleo.

La sociedad pretende reconstruir y sostener una universidad sin incrementar sus costes estructurales. Quiere amueblarla con un despliegue de conocimientos que satisfaga a los usuarios. Demanda un reembolso de los fondos invertidos y gastados en la universidad, y la universidad desazona como organización si se contempla que la espiral de inversión y gasto ni está vinculada a la mejora de la docencia ni presta servicios en interés de la equidad y la igualdad de oportunidades de la gente. Por el contrario, solivianta si abarca únicamente inversiones en infraestructuras y renovaciones de inmuebles como indicadores tangibles de cambio y excita cuando no se aprecia un grado de correlación valiosa de transmisión intergeneracional de conocimientos disciplinar y humanístico.

La tendencia en la contratación de PDI a tiempo parcial, que representa, por ejemplo, un tercio de las plantillas en las universidades inglesas, ha originado la aparición de una generación en el cuerpo docente universitario que posee un patrimonio profesional y que simultáneamente flexibiliza la liquidez en el presupuesto institucional y autonómico.

Conocimiento y comunidad

La participación de esta generación en dos comunidades innovadoras (empresa y universidad) otorga un valor social a su conocimiento expandiendo el aprendizaje de los estudiantes. Simultáneamente la creación de ese conocimiento social apela a un esfuerzo colaborativo de mayor envergadura entre equipos multiprofesionales para la plasmación de conceptos e ideas, representando una forma de perseguir dinámicamente un nuevo conocimiento, mediado por fuerzas imprevistas y elementos caóticos que cuestionan y critican el devenir de las cosas. En ese proceso social de creación de conocimiento no es ajena la figura del profesor mentor. Tampoco lo es la interacción social entre un PDI a tiempo parcial o completo con un profesor sénior jubilado que provea a aquél de recursos cognoscitivos y emotivos para la consecución de su plenitud humana.

Bajo otro argumento, reflexiono sobre la distribución del número de sexenios del CDU porque ofrece un panorama investigador que tiene repercusiones en la docencia. Los profesores titulares de Escuela Universitaria de ambos sexos (6.182) con cero sexenios representaba el 96,9% en 2012-2013. El porcentaje más alto (49,4%) con cero sexenios era igualmente alto en los catedráticos de Escuela Universitaria de ambos sexos (1.157). Cambiaba, en fin, el porcentaje mayoritario (28%) en los profesores titulares de Universidad (30.015) que tenía dos sexenios. Con este bagaje investigador, los docentes de esas categorías profesionales están abocados a impartir en cada curso un total de 32 créditos ECTS (Real Decreto-ley 14/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes de ideas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo).

Estas estadísticas me desvelan que miles de profesores van a necesitar ayuda para mantenerse entusiásticamente en la profesión. Muy presumiblemente las concepciones de enseñanza de estos cuerpos docentes universitarios conforman una teoría de uso en la práctica de clase que no variará hasta que tengan oportunidades de encuentros y revisiones con otros colegas que les ayuden a explicarla y cuestionarla.

Conocimiento mentor

El cuerpo docente universitario activo y jubilado puede ayudar, trabar amistad, guiar, advertir y aconsejar a otros colegas y estudiantes para que tengan éxito y asuman un papel justo en la sociedad, como Mentor sugirió a Telémaco que transitara en busca de su padre Odiseo en el Canto II atribuido al poeta Homero. La asunción del papel orientador que tuvo el rey de los Tafios con Telémaco ha cristalizado en la literatura pedagógica reciente sustantivando una relación interpersonal importante.

No solo sabe abrigar ideas y afectos de la profesión docente e investigadora vivida, sino también iluminar la práctica constructiva de las personas que en el cuerpo docente universitario se arropan. En fin, no existe para mí una antinomia o contradicción en el crecimiento profesional docente colaborativo, pues a la vez que se produce desigualdad en el ciclo vital y generacional del CDU se apremia la igualdad colegial para trabar una amistad crítica que comparta el regalo del conocimiento.

triptico

Desarrollo Profesional Docente Universitario. Luis Miguel Villar Angulo y Olga María Alegre de la Rosa

LMVA & Lumivian

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