CU de la US
Luis Miguel Villar Angulo

Errantes perspectivas universitarias

Leyes tortuosas reflectoras de luces y sombras.

Lentamente la LOSU había recorrido sus dominios parlamentarios, donde el aplauso y el silencio aparentaban la renovación de un cuerpo de ley que cumplía 21 años (LOU, 2001). Una LOSU que movía sus alas ideológicas para los próximos 20 años dedicando el 1 por ciento del Producto Interior Bruto. Ante las sombras indecisas de los cambios sociales, económicos, tecnológicos y del conjunto de conocimiento que hacían temblar el edificio institucional universitario, la LOSU quería hallar el golpe de luz que sacudiera la universidad de sus pretéritos recuerdos. Un vidrio político denso pretendía discernir la esencia de la pluralidad y diversidad del sistema universitario y despertar formas de color europeo en un cuerpo institucional de insomnio maquinal. Tercamente los fondos europeos Next Generation reclamaban al gobierno español un soplo encarnado de desvivirse lleno de talento.

En un reflejo duro y con prisa, la novísima ley insinuaba el fortalecimiento presupuestario que se había olvidado con tristeza desde 2009. Un compromiso reglamentario que se podía convertir en grisalla de papel cuando se aprobasen presupuestos económicos y se encendiera el agua de la minoración del gasto público. Un reflejo de la diversidad estaría formado por la fijación de precios públicos de las matriculaciones estudiantiles a cuenta de las comunidades autónomas (CCAA), frente a la simétrica actuación de costes máximos de las matrículas de la Conferencia General de Política Universitaria.

La nueva idea de cambio climático pretendía devolver la imagen de una universidad que abanderaba su mitigación incorporando flores luminosas tranquilizantes en la sostenibilidad y movilidad, y que despertaba una mirada eficiente a las energías renovables.

Los derechos de los estudiantes se habían escrito con galantería. En el papel del BOE se percibía cierto fulgor cuando se leía la compatibilidad de la participación estudiantil en actividades e iniciativas educativas, sociales y políticas. Asimismo, sonreía en los oídos de la diversidad la accesibilidad de los estudiantes con discapacidad. Esta medida sonaba como un latido al alba de la inclusión en las aulas y centros superiores y al crepúsculo de la segregación, cada vez más extraño.

En plena mar de derechos, las universidades privadas izaban sus velas de defensoría. Era una irradiación generalizada de derechos y libertades para todos los miembros de la comunidad universitaria. Una protección ante hipotéticas amenazas o desconocimientos de derechos.   

Hacia lo lejos, el carácter popular de una balada se aplicaba a democratizar la formación permanente de profesionales sin titulación universitaria, y hacia lo cercano de la autonomía universitaria, se abría con aire frívolo el acceso del profesorado permanente doctor a tiempo completo a la candidatura de la figura rectoral. Desde el sueño de la participación democrática para la elección de rector o rectora los elegibles eran y son miembros de la corporación. Un destino corporativista poderoso, ampliado a una clase profesoral de contorno ligero. Las ramas de la crítica se habían abierto vibrantes, al menos desde la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) que advertían la deriva de las propuestas de unos ministros (Castells y Subirats) a favor de las ondas de los campus de Cataluña.

La tristeza errabunda del profesorado asociado dejaba de ser un río en olvido para recitar la cantilena antigua de planes plurianuales de plantillas docentes en el articulado de la ley. Se caminaba de puntillas por la acera de la identidad precaria del profesorado reduciendo la temporalidad del 40% al 8% y se transitaba por la lógica económica de servicios de calidad.

En la ley se alumbraba la meta de la figura de profesor ayudante doctor. Como un viento a lo largo de la noche, el estatus del profesorado había cambiado de la LRU (1983) a la LOU (2001) y ésta había creado la figura del profesorado sustituto interino, barato y de alta vulnerabilidad. De forma palpitante había surgido la necesidad de un Estatuto del Personal Docente e Investigador que el tiempo había convertido en un bulto prodigioso lleno de aire, líquido u otro material. En fin, era un saquito de palabras bienintencionadas que nunca acababa de cuajar en un ordenamiento actualizado de obligaciones. Ya era tarde. Mientras, el Estatuto del Estudiante Universitario (2011) había entrado en vigor en la palestra universitaria como un silencio cauto.

La autogestión universitaria diseñada en la LRU había sido la luz soñada de la participación testimonial de la sociedad a través de los Consejos Sociales. Pero los tejados de la innovación universitaria que estos reclamaban debían estar constelados de resultados de transferencia de conocimiento. Sin una sociedad que instara encarecidamente a las universidades a emprender investigaciones en colaboración con la industria y proyectos especiales con universidades extranjeras, se abrazaba la sombra del corporativismo. Y así había sido la esperanza que todavía dormía entre la irritación unánime.

La internacionalización universitaria se iba a convertir en un importante motor para las universidades. La atracción comunitaria ante el sentido del proyecto “Universidades Europeas” de la comisión europea creado en 2017 había iniciado su andadura de las alianzas de centros universitarios. Conocedor de los dos roles de universidad coordinadora y universidad socia en alianzas de 2022, había sentido el fluir de la movilidad estudiantil, la comprensión de la diversidad, la metodología de investigación comparada y la formación a distancia, al tiempo que la gestión del gasto ocupaba un papeleo que torcía la llama del conocimiento en hastío. 

Opiniones desertoras de la ley.

La inversión en talento requería una universidad dotada de buena gobernanza, capacidad de gestión y financiación. Las ansias tercas de autogestión distaban de los requerimientos de una sociedad necesitada de transparencia y rendimiento de cuentas en todos los modos de financiación universitaria. Frente a la endogamia de grupos universitarios que rechazaban la inclusión de miembros ajenos a la institución en la gobernanza, se abogaba por la meritocracia y el compromiso recíproco entre academia y sociedad. De hecho, el rector defendía el recinto de su firma para la autorización de ingresos, gastos y fiscalización, sin otros sellos de rendimiento de cuentas. 

Se traía como ejemplo un debate irrefutable: las clasificaciones de las universidades. Todas las universidades aspiraban a mantener un alto nivel de credibilidad e influencia en el sector de la enseñanza superior. Según un conjunto uniforme de criterios evaluativos, existía una diferencia en las posiciones de los rankings de las universidades españolas cuando se puntuaba la investigación científica (11º) y se evaluaba la transferencia de conocimiento (30º). (La primera convocatoria de sexenios de transferencia del conocimiento de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Científica había ocurrido en 2018). La discrepancia entre ambas perspectivas daba visos de pena. La sinergia entre la creación de conocimiento universitario y la organización empresarial acrecentaba la sombra de vida inerte en la sociedad.

Diversos documentos de expertos universitarios habían salpicado el terreno patrio. Con palabras blandas, el Informe Universidad 2000 había hecho hincapié en la participación universitaria de diferentes colectivos interesados, como las familias (que abonaban las matriculaciones de los estudiantes), agentes y organizaciones sociales y económicas, que coadyuvaban con sus servicios y prestaciones al funcionamiento institucional, e indefectiblemente las administraciones públicas.

Los tiempos de los Consejos Sociales de la LRU y la LOSU no eran idénticos. Cierto. Pero las funciones de supervisión y aprobación de los presupuestos de cada centro y la oferta académica de la LRU había quedado postrada en la LOSU al adueñarse el Consejo de Gobierno Universitario de la función supervisora. Más aún. En un nuevo arrebato político de 2021, los órganos competentes de las Comunidades Autónomas o de la Administración General del Estado supervisaban y controlaban las memorias comprensivas de las actividades docentes e investigadoras de las universidades y centros universitarios, al tiempo que los parlamentos autonómicos nombraban a los miembros de los Consejos Sociales. Se adueñaba la indolencia de ánimo de los Consejos Sociales como organismo cada vez más débil. Así era difícil que se cumpliera la tercera misión de la universidad y que resplandeciera el sector productivo donde el talento tocaba la ladera oculta del conocimiento inmenso. Las protestas de algunos grupos políticos y sindicales sobre el protagonismo de las CCAA y la falta de acreditación estatal de centros y titulaciones habían enturbiado el debate parlamentario. Por las venas de la LOSU flotaban cabellos lingüísticos e identitarios que aflorarían en algunas CCAA.

Entre el zumo de reformas para la formación de la juventud y la generación de nuevas ideas y conocimiento o entre las estrellas de mejora de la universidad dirigidas al servicio de la sociedad y no de sí misma, las Propuestas de 2013 para la reforma y mejora de la calidad y eficiencia del sistema universitario español habían sido un tacto ideológico derramado. Habían dejado la LRU y la LOU en la lejanía. Sin embargo, este nuevo documento había quedado en el silencio. Un olvido que era papel carbón en el horizonte y no llama que inflamara el empleo.

Un viaje por la lisura del horizonte.

Siete virtudes eran imprescindibles para Rolf Tarrach en su artículo ¿Mejorará la nueva Ley las universidades españolas? Tristemente, no (El Mundo, 13/12/2022): “conocimiento, meritocracia, profesionalización, apertura, movilidad internacional, solidez intelectual y servicio a la sociedad”. Como un árbol en la sombra había segregado su voz prestigiosa con una respuesta de niebla radiante que enfriaba el paisaje universitario.

Otras voces (Confederación de Sociedades Científicas de España, COSCE) habían establecido hasta 13 medidas concretas en el informe DECIDES (2016). En vano resplandecían expresiones como la captación y retención del talento o la tasación del impacto de los resultados de la investigación. Revuelo de propuestas sin brío de implantación. Otra vez el espacio sombrío.

Faltaban nuevos rizos prodigiosos en el juego de siglas. El documento COSCE-SECIDES 2020 pretendía despejar la fronda oscura del Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTI) por medio de una nueva maniobra: la Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación (EECTI) empeñada en alianzas con la Agenda 2030 y con los programas europeos. Una nueva y fecunda actividad a la alacena de un despacho.

Alejado del sobresalto del debate político sobre la universidad; adormecido por la atmósfera de informes con esplendorosas recomendaciones incumplidas, aguzado por el mercado laboral español para vislumbrar puestos de trabajo sin cubrir, acudía a la estadística del instituto Nacional de Empleo (INE). Los puestos vacantes marcaban el elevado monte de 145.053 (Expansión, 10/12/2022).

Con un ágil escorzo, me había detenido en algunos perfiles profesionales demandados por las empresas para conocer la sincronía entre formación y empleo. Había seleccionado el ámbito directivo porque los perfiles no se habían esquivado en documentos ministeriales. Me refería a resiliencia, influencia, digitalización, adaptación y agente de cambio.

La resiliencia se había convertido en un término general que abarcaba muchos aspectos de la superación de la adversidad y de la adaptación al entorno. Traducido a la organización universitaria, la resiliencia era el único plan estratégico de sostenibilidad; un torbellino que sostenía el cambio mediante habilidades de flexibilidad, vitalidad y adaptación.

La cultura universitaria tras la implantación de la LRU y la LOU probablemente colisionará con el cambio que pretende establecer la LOSU. La influencia cultural no provendrá del liderazgo institucional con sus tradiciones, valores compartidos, ideologías o principios de las personas que trabajan en la universidad sino de los acuerdos parlamentarios y gobiernos de las CCAA, de signo político diverso. La fuga de la cultura colegiada al boscaje de la supervisión política impedirá volar con tanta rama interpuesta.

Las tecnologías digitales habían iniciado el rompimiento de la clausura del aula con la enseñanza electrónica que era requisito previo al aprendizaje autónomo del estudiante con apoyo de recursos electrónicos, más allá de la subordinación al poder de Wikipedia y Google. El aire de la umbría digital tornará claro cuando la alfabetización digital llegue a profesores y estudiantes como una riqueza subsumida.

Transitada esta media luz de reflexiones para levantar la arquitectura de una universidad competitiva, alineaba la rama espesa del talento integrado en el trabajo entretejido de estrategias organizativas.

Y que la corriente universitaria fluya con su rumor discursivo errante.

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18 comentarios en «Errantes perspectivas universitarias»

  1. MYRIAM AFONSO REYES

    Me parece fundamental que los estudiantes conozcan diferentes culturas. Para conseguir un mundo inclusivo y respetuoso es necesario comprender realidades diferentes a la propia.

  2. AINOHA GRAFIÑA MESA

    Me parece imprenscindible que todos los estudiantes sean capaces de conocer las diferentes culturas, esten actualizados sobre lo que ocurre en la sociedad para asi ser capaces de conseguir una verdadera inclusividad y puesto que el conocimiento no implica unicamente conocer sino tambien comprender ayudandonos a comprender diferentes realidades actuales

  3. ANDREA GONZALEZ DELGADO

    Esta nueva Ley (LOSU) se creó con muchas expectativas pero no las ha podido cubrir todas, como cosa interesante podemos destacar que se ha incrementado la financiación del sistema pasando de la actual 0,7 del PIB al 1% antes del 2030
    Por ejemplo otra idea de la ley que no ha cuajado es que lo que se pretendía era mayor participación estudiantil.
    En cuanto al artículo considero que utiliza una terminología difícil de comprender, es por ello que no se hace ameno ni entendible.

  4. JUDIT MARTIN CABRERA

    La LOSU es un intento erróneo de conseguir todas las necesidades de los universitarios, en un principio su objetivo era cumplir con los requerimientos de los universitarios, incluyendo a todas las culturas y dimensiones, creando la internacionalización universitaria pero los altos mandos no son capaces de que funcione en realidad, no resuelve los problemas planteados por los estudiantes.

    Bajo mi punto de vista, el artículo es denso e incomprensible si no estas informado sobre dicha ley es trabajoso por su alto nivel de exposición del tema.

  5. MARTA REMEDIOS GARCIA LOPEZ

    La ley Orgánica de Universidades quería o quiere realizar cambios en progresar en la precariedad laboral, mejorar la gobernanza y conceder a los centros más inversión para aumentar la investigación y con ello mejorar la enseñanza, pero son los estudiantes los que se han dado cuenta que esas ayudas e inversiones que prometían no existen y se sigue estudiando de la misma manera que hace años, es por ello que dicha Ley no satisface los derechos de la comunidad educativa.

  6. SOFIA PEREZ FERNANDEZ

    Tras la lectura del artículo, me parece interesante destacar el papel que actualmente está empezando a tener la universidad a nivel social y las medidas de gestión que se toman, hechos que parecen que se desarrollan de manera paralela. Es decir, en la actualidad la opinión sobre la universidad se halla polarizada y es que hay quien considera que es «el mejor nivel de enseñanza y el necesario para un futuro digno» y quien cree que es «innecesario asistir a la universidad para progresar a nivel vital». Considero que vivimos en una sociedad, en la que los jóvenes, dado el sistema educativo en el que nos hemos educado, hemos, con el tiempo, ido perdiendo el afán por aprender. A esto se suma, que observamos como alguno de los grandes empresarios, personas adineradas o profesionales no han requerido de estudios para alcanzar la posición en la que se encuentran. El conjunto de todo ello, hace que exista una desmotivación con respecto a la vida universitaria y todo lo que ello engloba, por parte de las nuevas generaciones.

    Asimismo, vemos como tras cada elecciones o cambio de gobierno, el sistema educativo se ve ‘arrastrado’ por el mismo, hecho que es inevitable dada la forma de Estado de España. Sin embargo, considero que el problema es que no se tiene en cuenta a los alumnos/as, profesorado (peores condiciones laborales, contratos y sueldos) y todo lo que ello conlleva. Es comprensible que cada gobierno proponga sus leyes o reformas educativas, pero al igual lo es poner en una balanza los intereses políticos, económicos y sociales junto con el sistema educativo y las consecuencias que una mala decisión puede; y es que si la educación es algo, es política y poder.

  7. SOFIA PEREZ FERNANDEZ

    Tras la lectura del artículo, me parece interesante destacar el papel que actualmente está empezando a tener la universidad a nivel social y las medidas de gestión que se toman, hechos que parecen que se desarrollan de manera paralela. Es decir, en la actualidad la opinión sobre la universidad se halla polarizada y es que hay quien considera que es «el mejor nivel de enseñanza y el necesario para un futuro digno» y quien cree que es «innecesario asistir a la universidad para progresar a nivel vital». Considero que vivimos en una sociedad, en la que los jóvenes, dado el sistema educativo en el que nos hemos educado, hemos, con el tiempo, ido perdiendo el afán por aprender. A esto se suma, que observamos como alguno de los grandes empresarios, personas adineradas o profesionales no han requerido de estudios para alcanzar la posición en la que se encuentran. El conjunto de todo ello, hace que exista una desmotivación con respecto a la vida universitaria y todo lo que ello engloba, por parte de las nuevas generaciones.

    Asimismo, vemos como tras cada elecciones o cambio de gobierno, el sistema educativo se ve ‘arrastrado’ por el mismo, hecho que es inevitable. Sin embargo, considero que el problema es que no se tiene en cuenta a los alumnos/as, profesorado (peores condiciones laborales, contratos y sueldos) y todo lo que ello conlleva. Es comprensible que cada gobierno proponga sus leyes o reformas educativas, pero al igual lo es poner en una balanza los intereses políticos, económicos y sociales junto con el sistema educativo y las consecuencias que una mala decisión puede acarrear; y es que si la educación es algo, es política y poder.

  8. SOFIA PEREZ FERNANDEZ

    Tras la lectura del artículo, me parece interesante destacar el papel que actualmente está empezando a tener la universidad a nivel social y las medidas de gestión que se toman, hechos que parecen que se desarrollan de manera paralela. Es decir, en la actualidad la opinión sobre la universidad se halla polarizada y es que hay quien considera que es «el mejor nivel de enseñanza y el necesario para un futuro digno» y quien cree que es «innecesario asistir a la universidad para progresar a nivel vital». Considero que vivimos en una sociedad, en la que los jóvenes, dado el sistema educativo en el que nos hemos educado, hemos, con el tiempo, ido perdiendo el afán por aprender. A esto se suma, que observamos como alguno de los grandes empresarios, personas adineradas o profesionales no han requerido de estudios para alcanzar la posición en la que se encuentran. El conjunto de todo ello, hace que exista una desmotivación con respecto a la vida universitaria y todo lo que ello engloba, por parte de las nuevas generaciones.

    Asimismo, vemos como tras cada elecciones o cambio de gobierno, el sistema educativo se ve ‘arrastrado’ por el mismo, hecho que es inevitable. Sin embargo, considero que el problema es que no se tiene en cuenta a los alumnos/as, profesorado (peores condiciones laborales, contratos y sueldos) y todo lo que ello conlleva. Es comprensible que cada gobierno proponga sus leyes o reformas educativas, pero al igual lo es poner en una balanza los intereses políticos, económicos y/o sociales junto con el sistema educativo y las consecuencias que una mala decisión puede acarrear; y es que si la educación es algo, es política y poder.

  9. AMANDA DIAZ GUTIÉRREZ

    Desde mi punto de vista considero muy importante incluir todas las culturas en el sistema educativo, ya que lo que se busca es una educación inclusiva. Conocer diferentes culturas, etnias y personas pertenecientes a otros países nos enriquece como estudiantes y como personas.
    Todos los cambios en los sistemas educativos solo se basan en modificar la misma idea no se tiene en cuenta ni al alumnado ni al profesorado.

  10. AMANDA DIAZ GUTIÉRREZ

    Desde mi punto de vista considero muy importante incluir todas las culturas en el ámbito educativo, ya que lo que se busca es una educación inclusiva. Conocer diferentes culturas, etnias y personas pertenecientes a otros países nos enriquece como estudiantes y como personas.
    Todos los cambios en los sistemas educativos solo se basan en modificar la misma idea y no se tiene en cuenta las necesidades del alumnado ni el profesorado.

  11. JOSE LUIS CONCEPCION CABRERA

    En lo que a mi opinión respecta, me resulta esencial la accesibilidad de los estudiantes con discapacidad en las aulas y centros superiores para así, de esta manera, fomentar la inclusión, y que puedan estar en igualdad de oportunidades frente al resto del alumnado, así como con su conocimiento y acceso a las demás culturas, y su participación en actividades e iniciativas educativas, sociales y políticas, que hace que esta inclusividad sea aún mayor.

  12. Marta Herranz Jiménez

    En el texto se hace referencia a la reforma de la Ley de Universidades en España y reflexiona sobre sus implicaciones en el sistema universitario. La nueva ley tiene como objetivo fortalecer el presupuesto universitario, además de promover la diversidad y la inclusión en las universidades. Otro de los asuntos que se mencionan en el texto es la precariedad del equipo docente, haciendo referencia a la necesidad de un Estatuto del Personal Docente e Investigador. Aún teniendo en cuenta los esfuerzos de la reforma, el autor del texto presenta cierta preocupación por la implementación efectiva de los cambios que se proponen. Se puede destacar la importancia de las políticas educativas, además de la necesidad de garantizar el acceso a la educación superior y la inclusión en el sistema universitario.

  13. Julia Ferran Baena

    Las tres partes del texto están relacionadas con la universidad en España y la necesidad de mejorar su eficiencia y eficacia.
    La primera parte del texto “Leyes tortuosas reflectoras de luces y sombras” destaca la complejidad de una nueva ley universitaria denominada LOSU (que aborda temas como la financiación, la sostenibilidad, la inclusión y los derechos de los estudiantes) y la importancia de implementarla de manera justa y efectiva, pero esa implementación podría ser difícil debido a las limitaciones presupuestarias y a la complejidad de algunos de sus aspectos.
    En la segunda parte “Opiniones desertoras de la ley” se plantea una crítica a la falta de transparencia y rendición de cuentas en el sistema universitario español y la necesidad de una mayor sinergia entre la creación de conocimiento y la organización empresarial. Se destaca la evolución de los órganos de supervisión y aprobación en el sistema universitario y se critica la debilidad, cada vez mayor, de los Consejos Sociales y su falta de cumplimiento de la tercera misión de la universidad.
    Por último, en lo que se refiere a la parte de “Un viaje por la lisura del horizonte”, se hace una llamada a la reflexión para construir una universidad más competitiva y exitosa en un contexto cambiante y demandante. Es importante destacar la necesidad de fomentar la resiliencia y la capacidad de adaptación en la universidad, especialmente en tiempos de incertidumbre como los actuales. También es importante tener en cuenta la influencia de la política en la cultura universitaria y encontrar un equilibrio entre la autonomía institucional y la supervisión gubernamental.
    En general hay una necesidad de reformas significativas en la universidad española para hacerla más eficiente y eficaz, y esto se logrará a partir de un cambio profundo y estructural de esta universidad, para así hacerla más exitosa y relevante en un mundo cambiante y cada vez más exigente.

  14. SAMUEL GARCIA GARCIA

    Bajo mi punto de vista, es muy importante que se incluyan todas las culturas en el sistema educativo. Al igual, considero de gran importancia el presupuesto y la fijación de precios públicos de matriculación para mejorar la educación, así como la inclusión de medidas de sostenibilidad, movilidad y accesibilidad para los estudiantes con discapacidad. También por otra parte, me parece significativo que la ley también incluye derechos y libertades para todos los miembros de la comunidad universitaria, incluyendo la democratización de la formación permanente de profesionales sin titulación universitaria y el acceso del profesorado permanente doctor a tiempo completo a la candidatura de la figura rectoral. Sin embargo, también se comenta la falta de avances en la temporalidad del profesorado y la creación de un Estatuto del Personal Docente e Investigador.

  15. JENNIFER SOCAS GARCIA

    Con respecto al texto, debería ser fundamental que incluyan las culturas del mundo en el sistema educativo. Ya que conocer las diferentes culturas y etnias harían que tanto los estudiantes como el profesorado prosperen y mejoren como personas.

  16. VIVIANA TERESA RIBEIRO RUIZ

    Con respecto al texto leído, considero primordial la inculcación de todas las posibles culturas en el sistema educativo con fin de hacerlo más inclusivo, permitiéndose así el acceso a todos los posibles estudiantes.

    Como podemos ver en el texto, el autor se focaliza en la nueva Ley (LOSU) que resultó en un punto de partida centrado en incluir todo tipo de culturas y la inculcación de recoger todas aquellas dimensiones con el fin de una mayor diversidad universitaria; pero a causa de un nivel presupuestario bajo y otras condiciones alternas, se quedó en un intento.

    Con respecto al tema de las elecciones, y cómo con ellas se ven arrastrados todos los estudiantes; en mi opinión se produce por la falta de pensamiento colectivo por parte de los mismos. El proceso trae consigo consecuencias que afectan a los estudiantes de manera directa o progresiva; pero acaba afectando de cualquier forma por no tenérseles en cuenta, y por ende no cumpliendo con las expectativas que se creían que se iban a dar como por ejemplo una mayor involucración o participación en el aula.

    La lectura desde mi punto de vista ha sido poco amena y enrevesada por su alto grado de redacción y complejidad a la hora de su lectura, pero comprensible pudiendo tocar temas importantes como los mencionados en el comentario.

  17. MARINA RAMOS CORREA

    Me parece muy importante que los alumnos conozcan las diferentes culturas que existen para conseguir un mundo mas inclusivo y en donde todas las culturas se respeten y puedan convivir en un mundo mejor

  18. NATALIA GONZALEZ GARCIA

    El artículo es de gran intres, ya que, la mayoria de las personas consideran que el labor de un docente finaliza cuando los niños, niñas y niñes salen de las clases y que debemos centrarnos en su enseyanda. Pero como docentes debemos centrarnos en más allá de los contenidos educativos, no solo hay que centrarse en que aprendan las materias dadas, sino tambien, podemos enseñarles a expresarse, a controlar los sentimientos…

    Llegando a no solo enseñar lo academico, sino más allá de eso podemos formas personas. Los educadores debemos prestar mucha atención a las situaciones que puede estar sufriendo tanto los alumnos, como sus personas más cercanas, para poder ayudar con las herramientas que podamos llegar a obtener.

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Luis Miguel Villar Angulo