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Luis Miguel Villar Angulo

El primer curso universitario

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El primer curso universitario. 

Solo un estudiante del primer curso universitario que se equivoca puede trazar la verdad de su carrera. Solo los dedos estudiantiles que teclean retornos en el ordenador tienen oportunidades de éxito académico. Tanto más importante que los libros de consulta que los estudiantes tienen que conocer en un grado es saber cómo se los puede afianzar en una titulación. Cada estudiante del primer curso universitario es como un pájaro que puede huir de la titulación si el grado elegido fuera una plaga.

Timidez, miedo al fracaso, soledad, morriña

Para estudiar bien en el primer curso universitario es necesario un ajuste social y una disposición de pertenencia al grado universitario seleccionado.

  • ¿En qué rincón de aula, seminario, patio, o ante qué dispositivos interacciona un alumno o alumna con su profesor y compañeros de clase;
  • ¿con quién ha hecho un pacto un estudiante para comunicar sus expectativas y limitaciones académicas?
  • Cumplida la tregua del primer mes de clase vivida entre gruesas prendas de apuntes reescritos por academias, ¿tiene oportunidades un estudiante de implicarse con otros alumnos y alumnas para buscar las semillas de aprendizaje de las materias?
  • ¿Hay alguien ahí en el primer curso universitario que apoye personal, social o académicamente a los estudiantes para romper laberintos perdurables de conocimientos?

Estudiantes en riesgo

Ser estudiante de primer curso universitario es sustraer savia a un grado. Es dominar el manar blancuzco de la substancia de una titulación. El problema no es llenar la lista de estudiantes de primer curso de un grado con todas las matriculaciones teóricas previstas, sino fabricar un egreso motivado y que se atribuya un alto locus de control interno.

Para dar certidumbre a la identidad de un estudiante recién venido de un instituto:

  • ¿Dónde están colocados los sensores institucionales que alertan del riesgo del chapoteo de conocimientos personales de los estudiantes?
  • ¿Quién abre los ojos de los estudiantes a nuevas brisas que cierren las brechas incipientes?
  • ¿Quién analiza los nudos cognoscitivos, sociales o emotivos que son innombrables para los estudiantes?

Diseño de un primer curso universitario

Un primer curso universitario tiene que ser como un hachón que ilumina y desaprende errores pasados; como un cazador que reconoce sus marcas fútiles y vacías en las rendijas del conocimiento. No todos los errores pasados de aprendizaje de un bachiller en la selectividad fueron debidos al azar. Hay que ayudar a un estudiante a que piense que su motivación es la llave del oxígeno que produce éxito; que un suspenso no se consigue por la suerte esquiva o porque un estudiante caiga antipático a un profesor. Un aprendizaje significativo para un alumno de primer curso es el estuario donde se encuentran las arenas que agitan su cambio de vida.

Un estudiante se ha de internar en las materias del primer grado de su titulación:

  • Franqueando los fundamentos de los conocimientos de las materias;
  • gastando el lápiz en la aplicación de conocimientos;
  • integrando las columnatas temáticas de distinta estructura de las materias en corredores de su propio conocimiento;
  • dando a la cantera pulida del conocimiento una temperatura humana, personal;
  • cuidándose ante las rutinas superficiales que envuelven el conocimiento;
  • aprendiendo cómo franquear el espacio de la ignorancia hasta reconocer una nueva morada para los conocimientos, habilidades y valores.

Oportunidades para el triunfo  

La maestría del éxito del primer año estudiantil consiste en apuntar muchas oportunidades en pocos factores. Cuando un estudiante se interna por callejas de actividades formando un equipo crea en el bullicio de la ayuda a los demás un refugio para el desarrollo social, la sobriedad de la responsabilidad y la toma de decisiones ante el laberinto de prácticas de muchos requisitos. La construcción de un grupo de estudiantes bien avenidos lo hace más fuerte ante desafíos personales y sociales.

Roles y responsabilidades docentes en el primer curso universitario

Un buen profesor no solo transmite su voz para recomendar libros sino para apoyar a los estudiantes en el estudio y la investigación. Por ejemplo, les ayuda a buscar:

Camino de un estrecho pasillo al curso de primero de grado, tras la asignación de materias en un consejo de departamento, un profesor se asoma al pretil de su rol y nuevas responsabilidades, como:

  • Gestor: administrando tiempos y contenidos, y dirigiendo estudiantes.
  • Trabajador en equipo: participando en los grupos organizados de clase que entran en competición.
  • Diseñador del curso: detallando el plan de trabajo de los estudiantes según el número de créditos y calendario de la materia.
  • Experto en el conocimiento disciplinar: hábil, experto en la práctica y conocedor de la línea temática de la materia que va a gestionar.
  • Investigador: tiene por objetivo el descubrimiento de hechos o el mejoramiento de conocimientos para que participen los estudiantes de esos encuentros.
  • Profesor: enseña la ciencia , el arte y la técnica de la materia del grado.
  • Consultor: trata asuntos con estudiantes, colegas o administración universitaria relacionando creencias, valores, opiniones acerca de situaciones producidas en algún contexto.
  • Orientador: encaminando, guiando o determinando la posición de algo a los estudiantes en función de puntos cardinales valiosos.

Cuanto más se estresa un alumno de primer curso universitario, menos se lo controla

Por el grosor de la media de estrés de alumnos de primer curso universitario de cualquier grado se puede medir la futura cultura del egreso. La voz de un estudiante puede quedar muda, como pozo cegado, por cualquier asunto inesperado que le impide controlar los asuntos de su vida. Una nota de calificación de un grupo puede significar una algarabía que se filtra en su sistema nervioso. Cuando la autoconfianza personal se detiene, el espeso meandro de la irritación se apodera de un estudiante.

Un profesor rescata las aguas turbulentas de una clase cuando comprende los giros que produce el estrés por medio de alguna escala que mida el estrés percibido por los estudiantes para dibujar la silueta del cansancio mental estudiantil.

Trabajos de prácticas reales en las materias de grado

Para viajar al empleo, no hay mejor navío que unas prácticas realistas. Las materias de grados de las ramas de conocimiento (Ciencias de la Salud, Ciencias Sociales y Jurídicas, Artes y Humanidades, Ciencias, e Ingeniería y Arquitectura.) requieren la prestación de servicios a la comunidad, que combinados con actividades grupales en clase, presentaciones, discusiones, planificación de tareas basadas en competencias, etc., arrastran consigo la pulpa de conocimiento de la densidad de un trabajo, la comprensión de la cultura salubre de las profesiones, y la mejora en el intercambio de lenguas que chorrean los medios sociales.

El primer curso universitario es un barboteo espeso de ingenuidad en los calderos sin refinamiento del conocimiento estudiantil. Consecuentemente, un programa del primer curso universitario tiene dos reglas que cumplir: tener algo significativo que enseñar más allá de la corteza de una materia y vivir la realidad que roe las vestiduras del alumnado.

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Lumivian & LMVA

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Luis Miguel Villar Angulo