CU de la US
Luis Miguel Villar Angulo

Pese a las sombras, prácticas de enseñanza de titulación

Fachada de la Universidad de Valladolid

 

Canto de esperanza a las prácticas de enseñanza en las titulaciones universitarias. El soplo de conocimientos, habilidades y disposiciones recientes de las prácticas de enseñanza de las titulaciones arrastra amagos de inseguridad sobre su eficacia. Se sabe del prodigioso efecto de practicar conocimientos y habilidades, pero los presagios de que toda práctica de enseñanza inviste al estudiante universitario de competencia laboral están preñados de padecimiento.

El soñador aumento de créditos de las prácticas de enseñanza en las titulaciones universitarias para domeñar oficios cambiantes se sumerge en un pozo con sombras, porque no ha tendido manos de luz a las evaluaciones sobre sus efectos que hagan brillar la esencia del dominio profesional. Ante tanta falta de talento en la juventud, las empresas, tristes por la falta de personal adaptado al cambio, resistente hasta la resiliencia, digitalizado sin ayuda de inteligencia artificial, luchan contra las tinieblas del desempleo aspirando a nuevas auroras que reviertan en empleabilidad.

Los manifiestos de las universidades, desde el Informe 2000, ven con temblor de estrellas la pesadumbre del infortunio de las prácticas, porque son documentos visionarios, pero en ellos no suena el clarín de la investigación básica sobre las experiencias prácticas como factor determinante para la creación y gestión de talento en una titulación. Y se pueblan las titulaciones y las materias de módulos o talleres que riegan todas las artes y ciencias abriendo esporádicos nidos de empleo y cerrando otros empleos vaporosos que no anhelan las empresas. Los supervisores o mentores de titulación son portaestandartes de chispas o antorchas encendidas que hacen volar las psiques a realizaciones supremas en las experiencias prácticas con resultados desiguales.

Evaluaciones de impacto

La mágica ciencia de las prácticas de enseñanza en la formación docente podría tener el mismo detonador en otras titulaciones de las ciencias de la vida, que se resumen en apartar las sombras de la validez interna, medición y validez externa. Hay muchas titulaciones que tienen ritmos distintos, que vibran para estudiantes inermes de quienes no sabemos nada y que aguardan vehículos de transmisión de conocimientos, habilidades y disposiciones según qué tipos de contextos académicos, sociales y políticos.

Los clarines evaluativos de las prácticas de enseñanza claman por el impacto o efectos de vivos reflejos en los arcos ornados de cada titulación universitaria. Es como un arco triunfal de eficacia que sucede al final de un proceso y que ha seguido a estandartes que marcaban un itinerario en un periodo concreto. Así, la eficacia se olvida de los ruidos en los procesos de los cursillos, de los acelerones y frenos en los tiempos de los talleres o de los timbaleros de las rutas e itinerarios de seminarios que acompasan los ritmos de aprendizaje.

Se levantan entonces los sones de los estándares modernos que indican que los cantos sonoros de las prácticas de enseñanza deben preceder a los resultados esperados. ¿Qué ha sucedido con las experimentaciones de las prácticas? ¿Qué habría sucedido si se hubieran experimentado otras prácticas de enseñanza?

En general, las prácticas de los estudiantes, las opiniones de los mentores, las valoraciones de los maestros de los centros educativos y los equipos docentes ejercen auto y heteroevaluaciones; son áureos sonidos que anuncian el advenimiento triunfal de una eficacia; dejan los efectos de otras muchas influencias en un nido que no llega a eclosionar.

Pasa el cortejo de la evaluación y seguimos sin conocer las causas del impacto. Como no se aprestan las evidencias de evaluaciones contrastadas, los diseños de las prácticas de enseñanza hacen bucles que circundan la eficacia según los planes de políticos, pero no de formadores de profesionales de la educación o de otros campos de conocimiento.

¿Qué signos aparecen en las evaluaciones longitudinales dentro del currículo de una titulación? Con frecuencia, aparecen dibujados los resultados con encorvados histogramas que manifiestan las variaciones internas del currículo de una titulación según anualidades. ¿Por qué son las universidades tan silenciosas a la hora de calibrar el impacto de las prácticas de enseñanza? ¿Son impasibles, o les falta presupuesto de investigación y personal con dedicación exclusiva para cruzar el abanico de variables y métodos que se recomiendan en publicaciones de impacto sobre las prácticas de enseñanza?

Las brumas de los resultados espurios de las investigaciones discretas llenan de tristeza el panorama de la eficacia de las prácticas de enseñanza. Las investigaciones a gran escala entre comunidades sobre las prácticas de enseñanza se agotan en la palma de la mano, cuanto más necesarias son las alianzas multisitio. Somos mendigos de nuestras pobres colaboraciones interinstitucionales, y no brillan las glorias de los diseños y de las medidas comunes de eficacia docente en las investigaciones.

Validez interna

A falta de colaboraciones interinstitucionales, se ha buscado el grupo único a pequeña escala para hacer investigaciones sobre las prácticas de enseñanza. Cuando no se identifican los efectos causales de las prácticas de enseñanza, que parecen la oscuridad de la noche, se observan muchas alternativas en los participantes de las prácticas, que parecen auroras de tenue luz.

Alguien dijo: el cambio en la eficacia de las prácticas ocurre por la maduración de los estudiantes en el tiempo; por la desilusión de practicar algo que no es adecuado para ellos, o por el estertor de situaciones complejas que ocurren simultáneamente. Por un momento pensaría que la solución consistiría en unir los anhelos de dos grupos de prácticas que se pudieran contrastar, uno con el ensueño de una práctica novedosa y el otro que representara el control, desde la línea base a las invariantes que rodaran en el proceso.

Medición

Por un instante recordaba en mi antiguo despacho cómo los equipos políticos de las facultades proponían medidas idiosincrásicas, sin que los autores se mordieran los sesos a la hora de relatar cómo aquellas se habían desarrollado o validado. Eran medidas evaluativas con alas tan anchas (la mayoría se apoyaban en encuestas) que acechaban la validez de ulteriores estudios de metaanálisis, porque ni relataban la potencia del cálculo ni la confiabilidad de los datos. Eran ítems de medición que no vibraban en el papel escrito por los efectos hallados, sino declaraciones que se proponían para cubrir superficialmente con seda las percepciones, creencias y comprensiones de los sujetos. Así, se concedía a las actitudes toda la gloria cuando lo que importaba era el apego a los efectos de los resultados.

Validez externa

Ante la generalidad de los resultados que es el acto supremo de la evaluación hay que hacer un pacto que abogue por una evidencia compartida. Se ha dado a la investigación de un único sitio la luz de un día, se ha dado a la comparación de prácticas entre sitios la sabiduría, y a la estandarización de resultados la melodía de un cantor. A los rasgos idiosincrásicos de las prácticas de una titulación propiciados por los diseños de los equipos docentes, hay que prender en las mentes que el impacto, la efectividad, el cambio o el desarrollo tienen que proceder de los ritmos exactos, de las voces de titulaciones orquestadas, de las luces de mitos de programas evaluativos compartidos de las universidades españolas.

Azulejo del vestíbulo de la Universidad de Valladolid

(Para más información, lea Impact Evaluations of Teacher Preparation Practices: Challenges and Opportunities for More Rigorous Research )

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Luis Miguel Villar Angulo